domingo, 5 de febrero de 2012

Aquellas flores parecían tan amarillas que, durante dos miradas, llegué a pintarlas de ese color. Más tarde, hice la mezcla oportuna, retoqué y nadie lo notó.

jueves, 2 de febrero de 2012

Solo vi la manera de encontrarme a mi mismo elevando mi mirada hasta conseguir sumergirla, sobre o bajo el nido del entendimiento: no recuerdo a quién pertenecía aquel reflejo, el que dejó de existir cuando pretendí anudarlo.

En lugar de golpear una y otra vez hasta conseguir doblegarlos, emprendo un vuelo a baja altura que pasa desapercibido incluso para los que desde  a la otra orilla no dejan de disparar. La ventaja siempre es mía, pues mi aleteo enturbia el pensamiento enemigo.
Como observé que los árboles crecían hacia abajo, decidí sumergirme en aquél lago para conocer qué ocurría allí, bajo las someras aguas, donde anidaban ranas que saltaban de una nube a un nenúfar antes de nadar entre la fluida sombra del bosque.